Bienvenidos~
A través de las esporádicas palabras escritas aquí trato de explicar pequeños retazos de vida. No es nada fuera de este mundo. La simplicidad es algo que siempre tengo presente. Mis entradas son libres de comentar al público en general.
También se que mis escritos no puedan llegar a ser del agrado de muchos puesto a mi escaza (o casi desinteresada) habilidad de escritura, pero daré lo mejor de mi en este gran camino.Sin nada más relevante que agregar: ¡BIENVENIDOS!
viernes, 24 de febrero de 2012
Perdido en Sepia. VII ; Calidez: Amistad
Olvidando mis pesares,
tenía que seguir adelante.
Debía de darme prisa,
pues el amanecer venia al instante.
Sentía un gran vacío,
mi mente lo decía sin cesar.
Quería una gota de rocío,
o algo que me haga llenar.
Y una luz yo pude observar…
Erase solo una vieja carretilla,
llena de morochos y tortillas;
El dueño, mirándome sentía
si yo, tímidamente, hurtar quería
¿Dónde podría conseguir moneda alguna
si estaba en pleno desfallecer de luna?
Abucheando, entonces, las calles mi aprieto
vi un almacén, con un conocido sujeto.
Evaristo Benítez decía llamarse,
creí, que su ira comenzo a desatarse.
Erré. Su gentileza fue mucho al parecer.
Y nuestra hambruna empezó a crecer.
Para mi amigo, un galo plaza
para mí, un briollo.
Con leves dolores en nuestra panza,
nos retiramos para no causar algún embrollo.
Según la desgastada tienda,
estábamos en una hora tremenda;
debíamos actuar con mucha sigiles,
puesto que eran cerca de las tres.
Caminamos por lo largo de la Tercera Avenida
hasta una especie de mercado marino.
A su lado, un gran roble de mucho verdor:
Se veía muy tierno y acogedor.
Encontré cuatro sacos de yute,
los acomodé hasta formar un lecho.
Sentí que esto último que había hecho,
pondría a mi amigo feliz.
En las estrellas distantes,
me puse a pensar en cada instante:
¿Será acaso que tomé una buena decisión?
¿Hasta cuando durará mi nueva diversión?
Hasta que una suave calidez
invadió mi desdichado ser.
Algo que no podía creer:
Alguien me trato de defender.
Alguien me trató de entender
Teníamos en mente ir al mercado mañana,
¿Perder un día de clases?
¡Ya no me importaba!
Aunque había algo que me importaba...
Solo cerré mis ojos
Y me preparé a soñar, dos veces.
jueves, 23 de febrero de 2012
Perdido en Sepia. VI ; Suspiro: Gratitud
"¿Qué ocurrió? ¿Qué fue lo que aconteció?",
era todo lo que en el momento se me ocurrió.
Ese viciado aire que pululaba a mi alrededor,
quedaron retazos de mi pleno dolor.
Los viles barullos de perros vagabundos…
fue lo único que afinaba la trágica noche.
Mareado, y con muchas náuseas:
"Y a la vez con leves taquicardias…"
Me envolvió, entonces, el frío de la madrugada,
para arañarme mientras indefenso estaba.
Me paralicé, supuse que no era para tanto:
"Y fue cuando yo quebré en llanto…
Traté de alivianar mi sollozo,
pues no quería causar alboroto.
Me sentía miserable y ultrajado:
"Me escabullí…acobardado"
"Tu... ¿qué haces en ese rincón?",
fue lo que dijo en mi momento de depresión.
Aquel ayudado resultó ser mi salvador:
"Pero… ¿porque? No lo entiendo.
Sé que a mi lustro y medio de nacer
no comprendía muchas cosas dentro de mí;
de lo que estoy seguro, al parecer,
es que tenía alguien en quien creer.
A pesar de ser noche, sentí los rayos del sol.
Aquellos que barrían mi cara triste y amargada.
Dilapidando estúbose mi transitoria aflicción:
"para dar cabida a un cálido fervor. "
Su cara no era como esos de televisión,
mucho menos de películas de acción.
Con determinación, erguí mi mirada…
"Sentía un nudo en la garganta".
Y en suspiro yo aclamaba:
Gracias
era todo lo que en el momento se me ocurrió.
Ese viciado aire que pululaba a mi alrededor,
quedaron retazos de mi pleno dolor.
Los viles barullos de perros vagabundos…
fue lo único que afinaba la trágica noche.
Mareado, y con muchas náuseas:
"Y a la vez con leves taquicardias…"
Me envolvió, entonces, el frío de la madrugada,
para arañarme mientras indefenso estaba.
Me paralicé, supuse que no era para tanto:
"Y fue cuando yo quebré en llanto…
Traté de alivianar mi sollozo,
pues no quería causar alboroto.
Me sentía miserable y ultrajado:
"Me escabullí…acobardado"
"Tu... ¿qué haces en ese rincón?",
fue lo que dijo en mi momento de depresión.
Aquel ayudado resultó ser mi salvador:
"Pero… ¿porque? No lo entiendo.
Sé que a mi lustro y medio de nacer
no comprendía muchas cosas dentro de mí;
de lo que estoy seguro, al parecer,
es que tenía alguien en quien creer.
A pesar de ser noche, sentí los rayos del sol.
Aquellos que barrían mi cara triste y amargada.
Dilapidando estúbose mi transitoria aflicción:
"para dar cabida a un cálido fervor. "
Su cara no era como esos de televisión,
mucho menos de películas de acción.
Con determinación, erguí mi mirada…
"Sentía un nudo en la garganta".
Y en suspiro yo aclamaba:
Gracias
Perdido en Sepia. V ; Maldito Veneno: Mnemosyne
Mi vida yacía algo semejante
al que vi en televisión.
¡Fatal instante!
"Esto ya no era ficción…"
"Me dolerá, suélteme"
Tal cual se aproximaba,
lentamente me forzaba
hacia algo que no imaginaba.
Juego que desconocía,
las reglas él únicamente sabía.
Dudaba si realmente me ayudaría:
"Lo peor no empieza todavía"
Me agarró del cuello
Destrozó ansiosamente mis harapos;
olvidé en ese entonces el viejo lecho de nardos:
"Y me alisté para mi nuevo catre de clavos"
Tiró el velo que lo cubría,
y se manifestó lo traslúcido que era,
fue tan complejo como una quimera:
" Un dios con única miopía"
Con su dedo formó un triangulo invertido;
flácido y blando todo ha convertido.
No tenía huesos, solo era carne:
"Pensaba entonces que eso era divertido"
Sentía que navegaba por los grandes mares,
por las grandes montañas, por los verdes lares;
¿Qué exactamente sentía? ¿Era algo bueno?
" Entonces me infecte con su veneno "
Su ojo lloraba precipitadamente,
cual jeroglífico, egipciamente.
Me ahogué por completo en la ignorancia:
"Lo memoricé con toda pregnancia"
Fue entonces que conocí, por primera vez,
a ese pagano dios, en toda mi insensatez.
¿Su toxina por siempre llevaré?
"¿Ahora qué haré"
Atroz desmayé en ese momento,
mi vista se nubló por completo.
Deseé no volver a pasar esa situación:
"¿Todo fue producto de mi imaginación?
Se acercó la vil bestia a mi amigo,
aprovechó que no estaba conmigo;
agresivo, extendió un grabado en marfil
que, al parecer, iba dirigido hacia mí:
Gravo en ti, inocente niño
la sustancia deleitable a muchos,
tiñe a todos, inclusive a un armiño,
del éxtasis corrupto, que ya es tuyo.
No le hice daño a tu compañero,
pues veo que no es un "lugareño".
Tal vez no nos volvamos a encontrar,
mas mi nombre no has de olvidar: Mnemosyne
lunes, 20 de febrero de 2012
Perdido en Sepia. IV ; Callejón Calixuna: Conteo Regresivo
Me conduje al camino empedrado,
lúcidas chispas resurgían del pavimento;
descubrirlo fue grandioso, no miento:
"No hay tiempo que perder en este momento"
Su pasaporte a la vida, expirado;
su camino a la muerte, acercando;
mi altruismo intrigante, evidente:
"Mi altruismo por él, ¿confidente?"
Sollozos fueron diseminados,
fulgurosas las lágrimas expelían;
gritose ya mi corazón abrumado:
"¡Gritar! ¡Nada me impedía!"
De pronto, nos topamos con un muro,
muy cerca, le adornaban cajas negras;
necesitaba avanzar antes del alba:
"¿Qué era lo que me esperaba?"
Cuidadosamente, aparté la carretilla
y una sombra se proyectaba;
mis nervios en punta estaban:
"¿De mi que necesitaba?"
Sediento de venganza, se acercaba;
el mismo vagabundo, que escalofríos daba.
¿Acaso descubrió lo que había percibido?
"¿Por qué me mira con esos ojos roídos?
lúcidas chispas resurgían del pavimento;
descubrirlo fue grandioso, no miento:
"No hay tiempo que perder en este momento"
Su pasaporte a la vida, expirado;
su camino a la muerte, acercando;
mi altruismo intrigante, evidente:
"Mi altruismo por él, ¿confidente?"
Sollozos fueron diseminados,
fulgurosas las lágrimas expelían;
gritose ya mi corazón abrumado:
"¡Gritar! ¡Nada me impedía!"
De pronto, nos topamos con un muro,
muy cerca, le adornaban cajas negras;
necesitaba avanzar antes del alba:
"¿Qué era lo que me esperaba?"
Cuidadosamente, aparté la carretilla
y una sombra se proyectaba;
mis nervios en punta estaban:
"¿De mi que necesitaba?"
Sediento de venganza, se acercaba;
el mismo vagabundo, que escalofríos daba.
¿Acaso descubrió lo que había percibido?
"¿Por qué me mira con esos ojos roídos?
miércoles, 15 de febrero de 2012
Perdido en Sepia. III ; Segunda Calle: Trauma
Diez y treinta, el gélido céfiro me destruía.
Ni un alma en esa calle pseudo asfaltada,
y esa avenida tan añeja y estropeada:
"¿Por qué el nombre no encontraría?"
Resoplando en mí camino,
el viento danzaba de manera espontánea.
La vieja jerga hacía eco como resonancia:
"¡Qué palabras! ¡Qué arrogancia!"
La putrefacción resarcía,
mezclose los huevos con esos intestinos;
pensé que estaba completamente limpio
"Mucha tiridoxina en ese sitio…"
Tornándose las paredes desgastadas y maltrechas,
esas "propagandas" seguían pintadas;
fétidamente desquiciante:
"Ese brazalete de oro, sigue errante"
Casi la media noche,
disfrutaba el sublime claro de luna,
cada casa, cerrada sin duda alguna:
"¡Vaya, se me hizo tarde!"
Mi ruta a la calle principal,
tan larga que no la pude divisar;
y cuando empecé a sentirme solo:
"¡Dios, socorro!"
De la nada oí ruidos;
lentamente, en crescendo;
debajo de cajas heme escabullendo:
"¿Qué está pasando en este momento?"
Así, un niño en desesperación.
No perseguido por cualquiera, yo diría.
Uno era tan barbado como su agonía:
"Ese otro, con cabellos de tentación"
Nervioso, sudoroso,
pienso que ellos lo conocían;
puesto que lo mimaban y consentían:
"¿Era esa expresión de alegría?"
En el barrio aun no amanecía…
¡Y el barbado estaba sudado todavía!
Sus manos, sus pantalones, quemándose yacía:
"¿El verano impaciente venía?"
Comenzaron a jugar como niños;
evadían la realidad, su imaginación latente;
sin embargo, eran grandes notoriamente:
"Tenían ellos un estilo diferente"
El Primer juego, la piscina olímpica.
Verdadero estilo: Una añil, agua clórica
donde los jugadores libremente se movían:
"Su estilo: Solo uno se batía…
El Segundo juego era de tácticas náuticas.
Verdadero estilo: Cada uno hacia prácticas
del estilo que el jugador quisiese:
"Su estilo: ¡Trampa! Una mariposa
fue hecha encima de él, sin mayor cosa.
El Tercer juego era de más tácticas náuticas.
Verdadero estilo: Cada uno hacia prácticas
del estilo que el jugador quisiese:
"Su estilo: ¡Otra trampa! Un nado de espalda
realizado en otro sentido...para nada.
El Cuarto juego, montar a caballo.
Verdadero estilo: Cada uno en su equino
galopa con toda gracia y tino:
Su estilo: Esos tipos estaban a la velocidad de un rayo.
El Quinto juego fue de abrazos fuertes.
Verdadero estilo: Uno abraza al otro,
devolviéndole una sonrisa latente:
Su estilo: ¡El chico hizo trampa!
su sonrisa no fue real precisamente.
El Sexto y último juego, los rudos escupitajos,
que hacían al chico callado y acongojado;
no estaban evadiendo la realidad:
¿Haciéndolo sufrir? ¡Qué frialdad!
Después de todo, eran malos perdedores
puesto que no levantaron a su amigo;
yacía maloliente de la blancuzca substancia:
¿Gripe ganada por tremenda malevolencia?
Los tipos se habían rápidamente esfumado.
Curioso me acerqué a aquel que han lastimado;
parpadeando, y balbuceando adormilado:
"Me duele…por favor… quédate a mi lado"
Una carretilla estaba a mí alrededor,
tomando ventaja, lo subí con cuidado.
Perdidamente, necesitaba de mi ayuda:
No estas solo. Sanaré tu dolor.
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